Hipatia de Alejandría «La primera Luz»

Por: Francisco de Alcalá

Para que mi pequeño lirio brille tanto como Hipatia

Génesis

Hipatia nació en la ciudad de Alejandría alrededor del año 370 d. C, hija del conocido filósofo Teón de Alejandría, quien siempre se interesó en la educación de su hija; Hipatia estudió las bases de la filosofía en Italia y Atenas. Sin embargo, su formación como científica se llevó acabo el “Museo” donde trabajaba su padre; en este lugar vivían de forma permanente alrededor de 100 profesores, además de los que vivían ahí de manera temporal. Hipatia logró dominar las matemáticas, la astronomía, la filosofía y la música.

La Filósofa

Hipatia creía en el neoplatonismo no religioso, por lo tanto, decidió no contraer matrimonio, para dedicarse no solo a la búsqueda de conocimiento, sino también a la propagación de este; Hipatia empezó a realizar, junto con su padre, investigaciones astronómicas que le fueron creando gran fama; gracias a esto Hipatia consiguió la cátedra de filosofía en la Segunda Biblioteca de Alejandría, razón por la cual, sus amigos la llamaban “La filosofa”. Ésta era aclamada por sus alumnos, principalmente por su forma de pensar tan lógica, pues Hipatia siempre les decía a sus alumnos que, a través de las matemáticas se podía descifrar cualquier cosa.

Era tan exaltada por sus alumnos, que gracias a uno de sus mejores y más fieles discípulos que conocemos más detalles de la vida de Hipatia, hablamos del filosofó Sinesio de Cirene quien, al pedir consejo o hablar de Hipatia, la nombraba como su “Queridísima maestra”, a la cual siempre le agradeció sus enseñanzas.

Además, Hipatia no solo era aclamada por sus discípulos, también era admirada por sus contemporáneos, como, por ejemplo, Sócrates, el Escolástico, quien se refería a Hipatia como la heredera de la escuela platónica, siempre dispuesta a enseñar todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara, pues Hipatia era indiscutiblemente la mejor de los filósofos y filósofas de la época.

Hipatia, como buena filósofa, siempre estuvo dispuesta a dar consejos a los aristócratas que lo necesitarán, siendo amada tanto por su belleza como por su astucia; Hipatia siempre fue vista como parte de la élite neoplatónica, tuvo una influencia política notablemente superior a muchos de sus contemporáneos.

Ascenso al mundo de las ideas y legado

Por desgracia para Hipatia, Alejandría se encontraba en una época de cambio, pues dos religiones estaban en disputa, por un lado, tenemos al cristianismo recientemente nombrado religión oficial, por el otro tenemos el paganismo, al cual Hipatia pertenecía (neoplatonismo), e iba en declive. La posición política de Hipatia como dirigente de la Segunda Biblioteca de Alejandría y consejera de su alumno y ahora gobernador de Alejandría, Orestes, le ocasionaron problemas con el obispo Cirilo, quien poco a poco esparció el rumor sobre la manipulación de Hipatia con Orestes; razón por la cual, el gobernador no apoyaba del todo al cristianismo. En 420 d. C., Cirilo mandó a una turba de fanáticos cristianos a matar a Hipatia mientras regresaba a su hogar; un año después Cirilo ordenó la destrucción de la Segunda Biblioteca de Alejandría, hecho desafortunado que ocasionó que la mayoría de  los trabajos de Hipatia fueran destruidos; Estos sucesos marcaron el fin de la Historia Antigua y el inicio del Oscurantismo Europeo.

Luz que sigue brillando

Aunque ya han pasado 1600 años desde la muerte de Hipatia, la luz de sus proezas sigue tan brillante como cuando las logró; Hipatia nos heredó el astrolabio, instrumento que ayudó a la medición de la distancia entre las estrellas, solucionó de manera innovadora varios problemas  de la aritmética de Diofanto, escribió un canon de astronomía, cartografió varios cuerpos celestes, pero sobre todo, en mi opinión, quizás la más importante de sus contribuciones fue abrir las puertas del conocimiento a las futuras generaciones; ella es símbolo del conocimiento y el estudio, debemos recordar a Hipatia de Alejandría por siempre, como la primera mujer científica de la historia.

Francisco de Alcalá, es un apasionado de la literatura, las humanidades y ciencias sociales. Cree en el Alma de la Toga y sueña con vestir y honrar una.